Auditori de la Mediterrània. La Nucia.
Jueves 15 de noviembre de 2018. 20.30 h.
Sala Llevant.
Poeta en Nueva York
- Federico García Lorca
Dirección: Sergio Sempere
Intérpretes: Ángela Devesa, Sergio Sempere. Saxo: Andrés
Juan Arbona.
Fusíón con la exposición “Evolutions” del
fotógrafo Daniel Dicenta Herrera.
Estreno de nueva interpretación de "Poeta en
Nueva York". Obra aclamada de la poesía interpretada por grandes
actores en teatros de todo el mundo.
El gran Federico García Lorca, el poeta eterno, el eterno
joven, el llanto quebrado, el silencio roto, la tristeza absoluta con su
asesinato, vuelve a nosotros con su irrepetible viaje a Nueva York.
Federico, el poeta más urbano que nunca, se empapa del aire
que envuelve la urbe de Nueva York y entre rascacielos y música negra escribe
una de sus grandes obras, "Poeta en Nueva York".
Entrada gratuita. Invitaciones en taquilla desde una
semana antes de la actuación.
Esta actuación se produce dentro de la colaboración que mantienen Sergio Sempere y Auditori de la Mediterrània.
Sergio Sempere tras el exitoso estreno teatral de "La Barraca de Federico" que dirigió en el Auditori de la Mediterrània en abril de 2018, agotando las entradas con una creación propia dedicada a Federico García Lorca, a la vida y obra del poeta, se adentra ahora en una obra concreta de García Lorca, de difícil interpretación, muy intensa, como "Poeta en Nueva York".
Esta actuación se produce dentro de la colaboración que mantienen Sergio Sempere y Auditori de la Mediterrània.
Esta actuación se celebra en el marco de la exposición “Evolutions”
del fotógrafo Daniel Dicenta Herrera que actualmente acoge la misma Sala
Llevant. Una exposición que indaga, con fotografías, audiovisuales y música,
sobre la situación del ser humano del siglo XXI y el exceso de conexiones
cibernéticas y digitales que acaban provocando incluso adicciones.
Los espectadores que podrán
hacer un viaje con Federico García Lorca a aquella estancia, entre 1929 y 1930
en la Universidad de Columbia y en Nueva York, donde escribió buena parte de
“Poeta en Nueva York”. Si bien el poemario no vería la luz hasta 1940, cuatro
años después del asesinato de Federico García Lorca.
En 1936 poco antes de su muerte, Lorca entregó a su amigo José Bergamín el único borrador de “Poeta en Nueva York”, 96 páginas mecanografiadas y 26 manuscritas. Había muchas correcciones y añadidos en aquellas hojas que Lorca entregaba a Bergamín quien se llevó al exilio el borrador de Poeta en Nueva York y siguiendo las indicaciones de su amigo Federico hizo algunas modificaciones para la primera edición de “Poeta en Nueva York” en 1940.
No será hasta 1999 cuando se recupere el texto original de “Poeta en Nueva York” que había pasado de mano hasta llegar a la actriz Manuela Saavedra, finalmente fue adquirido por la Fundación García Lorca en el año 2003.
En 1936 poco antes de su muerte, Lorca entregó a su amigo José Bergamín el único borrador de “Poeta en Nueva York”, 96 páginas mecanografiadas y 26 manuscritas. Había muchas correcciones y añadidos en aquellas hojas que Lorca entregaba a Bergamín quien se llevó al exilio el borrador de Poeta en Nueva York y siguiendo las indicaciones de su amigo Federico hizo algunas modificaciones para la primera edición de “Poeta en Nueva York” en 1940.
No será hasta 1999 cuando se recupere el texto original de “Poeta en Nueva York” que había pasado de mano hasta llegar a la actriz Manuela Saavedra, finalmente fue adquirido por la Fundación García Lorca en el año 2003.
“Poeta en Nueva
York” es para el propio García Lorca una de sus mejores creaciones, y llegó a
pensar cómo publicarlo entre 1930 y 1936, sin que llegase a ver la luz el
poemario. Su asesinato el 18 de agosto de 1936 –la guerra civil española había
estallado el 17 de julio de aquel año- truncó todos los proyectos del universal
poeta granadino, uno de los grandes poetas de todos los tiempos.
El gran Federico García Lorca vuelve a nosotros con su irrepetible
viaje a Nueva York. En 1931, el propio Lorca, explicó en una entrevista que
concedió a La Gaceta Literaria, sus sensaciones en Nueva York, unas vivencias
que habían dado lugar al nacimiento del poemario “Poeta en Nueva York”, y explica que la gran urbe norteamericana
permite una «interpretación personal, abstracción impersonal, sin lugar ni
tiempo dentro de aquella ciudad mundo. Un símbolo patético: sufrimiento».
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